Amor real.

Ella, la princesa Clarissa,
Él, Emanuel, simplemente Emanuel.

El nombre de cada uno con gran importancia, el de ella con tanto abordo, el de él simplemente un nombre más.

Se conocieron por simple causalidad, gracias a un daño en una de las ruedas de su carruaje. El cual la obligó a dirigirse hacia su cuento de hadas no esperado.

Es simplemente cuestión de miradas, no es amor a primera vista, es simplemente atracción al mirar, él sin mucho que decir decide revisar el daño, lo único que pasa por su mente es decirse, - ¿es esto cierto, podrá existir belleza tal?-, tarda bastante reparando el carruaje de la hermosa princesa, pero no se tarda por la gravedad del daño, sino por la gravedad de su corazón al latir desesperada-mente al mirar de reojo cada vez a la hermosa mujer, lo hace simplemente soñando una posible historia con ella.
Ella cautivada por el atractivo poco casual del hombre, decide acercarse a él para observar detenidamente su trabajo, claro, eso pensaba su chófer, ella lo que realmente pretendía era observar las fuertes y masculinas manos del hombre que al desempeñar su trabajo no perdían gracia, admirar su gran sonrisa cada vez que le miraba, y con mucha timidez y simpatía devolverle un poco de la misma.

Al terminar con este pequeño episodio de sus vidas, él decide no cobrar un euro por su trabajo, ella sorprendida e inmensamente agradecida decide sin más invitarlo a su lujoso palacio para una cena ''poco formal'', si es posible tenerla en tal lugar, él, muy halagado y un poco intimidado opta por aceptar, teniendo conciencia de que sería una gran oportunidad para ver nuevamente a la hermosa princesa Clarissa.

Al llegar el día, él muy elegante a su parecer, ya que no acostumbraba este tipo de vestimenta, se hace llamar en la inmensa puerta de el lujoso palacio, sin mucha espera lo hacen seguir.

Al final del pasillo ve a la misma hermosa mujer, a la cual iluminaba esa sonrisa encantadora de aquel día.

Entre risas, buenos modales, atenciones, miradas esquivas, tienen el mismo pensamiento sin tener conocimiento, él y ella dibujaban un futuro en su mente, en el cual pasará lo poco o mucho que sucedía en ese instante, en esa mesa, con esa persona.

Pasaron años, años de un amor escondido, al cual tal vez no todo le sonreía, al cual le sobraba entrega pero le faltaba una simple clase social.

Él queriendo amarla de por vida, y ella anhelando ser su protegida eternamente, deciden dar a conocer su gran amor, al que al parecer todo el mundo sonrió a excepción de una horrible norma de la realeza, la que no les permitía sellar su pacto de amor.

Pasaron 327 días, impacientes, agotadores, en búsqueda de esa laguna que los ayudara a escapar de ese único problema, que no permitía dar fruto a ese amor, pero por fin la búsqueda termino, la laguna se hizo ver, y logro unir de por vida, por medio de un pacto más que sagrado para ellos, a la bella pareja.

Emanuel, un plebeyo convertido en rey, y Clarissa una princesa convertida en reina. pero más que eso, en la mujer más feliz del mundo, logrando con su historia creer en un amor real.

JS