domingo

Un payaso taciturno.




Me levanto aceptando mi rutina diaria, mi trabajo es la “felicidad” podría decirse. La cuestión es que esta sea mi trabajo mas no mi realidad, no puedo negar la alegría que me causa el ver tantas sonrisas que se producir en muchas personas, así como tampoco podría negar que la mía simplemente está pintada, no es algo natural en mí, es más podría decir que he olvidado lo que se siente al sonreír.
No toda la vida he sido así, cuando estaba vivo solía sonreír, solía hacerlo de verdad, era una sensación inexplicable.

Cuando digo vivo me refiero al sentir, porque si hablamos biológicamente estoy vivo, pero si hablamos espiritualmente sabrás que no podría estar vivo, porque no lo siento así.

Durante toda tu vida encontraras miles de obstáculos que tal vez te derroten por un momento. Pero después encontraras la fuerza para levantarte después de cada derrota, pero cuando te han arrebatado esa fuerza ¿Qué te queda?, ¿Poco o nada por hacer verdad?

Quisiera contarte sobre esa fuerza que me fue despojada sin una razón que fuera justificable para mí, quisiera contarte el porqué de mi tristeza.
Esa fuerza que tanto te nombro en mí, se llamaba Matías, fue mi luz, mi esperanza, mi todo.

Todo sucedió un día en el que decidí como era costumbre llevarlo a jugar a un parque, a él siempre le gusto el aire libre, no era alguien de juguetes muy modernos, él era de juegos simples y carcajadas sinceras.

Te cuento que él no le hacía daño a nadie más que a si mismo cuando gustaba de tirarse al pasto hasta lograr raspar sus débiles rodillas.

Él era tal vez como tú en algún momento un niño feliz, él era mi hermoso hijo, quien aparte de ser mi fuerza, era mi verdadera felicidad.

Sin motivo alguno se presentó en nuestras vidas una enfermedad, que como cualquier otra es poco agradable. Esta era para mí detestable, ya que ponía en riesgo a mi fuerza, a mi felicidad, a mi hijo.

Teniendo lágrimas en mí rostro debo decirte que no puedo contarte el día a día después de esta tragedia, ya que mis dedos estarían llenos de temor y no me podrías entender lo que quiero decirte.

Por esto te resumo la historia de mi vida en pocas palabras, en lo que se me fue a un lugar muy hermoso, ya que para él nunca nada sería malo, para el siempre sería lo mejor de lo mejor.

Te resumo mi vida en la dependencia de otra, no te digo que sigas mi ejemplo, lo que quiero decirte es que hagas todo lo contrario, quiero que seas niño para siempre, quiero que al cumplir tus primeros y únicos 90 años, sientas que eres una fuerza pero para nadie más que para ti mismo, quiero que puedas estar vivo teniendo esa edad, quiero que seas tu propia felicidad.

Quiero que tu sonrisa no este pintada, quiero que tu sonrisa sea la más sincera y real del mundo, quiero que tu sonrisa no sea como la mía, que no es más que la sonrisa…

De un payaso taciturno.



JS


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