martes

3:43 pm

Los pensamientos que se callan suelen hacerse ver como irrelevantes, como que tienen importancia sólo para quien los alberga en su mente...

Pero cuando esos pensamientos salen de esa mente que tanto los ha guardado y quedan entre la persona que invadía esos pensamientos y esa mente, todo suele tornarse incomodo.

Incómodamente sincero, porque claramente, nada podrá ser como lo fue antes de sacar lo sentido, tal vez es el precio que se paga por una verdad guardada al salir a la luz.

Quién tanto guardó puede sentirse mentiroso e hipócrita, porque mantuvo ciertas actitudes "comunes" con alguien que realmente le llenaba en pensamiento, alguien que no era tan común, ahora, quién tiene en sus manos la verdad del otro puede sentirse impotente, porque realmente no puede influir en absolutamente nada respecto a la distancia que el otro tomará después de entregar su verdad.

Ahora en lo que a este ser respecta, una mirada diferente es lo que queda.


JS





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