Fucsia.

Necesidad no es amar, sí lo es, no he amado entonces. No estoy en condición de recorrer las vías del tren, menos quiero andar volando los sueños ajenos. Me temo en compañía, no sé acompañar, me he pasado muchas lecciones de cómo ser, por eso no he sabido ser. Tengo muchas armonías, armonías que en su mayoría suenan a desastre fuera de la ventana. Estoy un mucho llena de mierda, esa que ayuda a no atar los cordones, suficientes enredos mentales hay como para llevarlos hasta los pies. Prefiero mantener los labios sellados, hablo a solas, porque me gusta no entenderme. Tengo los ideales en la nariz, dos que tres amores en las papilas, veinte pasos largos por el intestino y desorden en el resto de la piel. No tengo, espero, ni pretendo. Prefiero mis hojas sueltas en los rincones, no siento la necesidad de crearme un mal aliento por las noches. 

En conclusión a mis días no pensados, no me recomiendo a un nuevo vivir, soy un desastre que según veo en los bordes, solo mis muros pueden amar. 

JS